Tuesday, January 16, 2007

Recesión Automotriz

Hace unos días, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) dio a conocer la información sobre el cierre de la producción, exportación y ventas de automóviles en México para 2006. De acuerdo a esta información, todos estos indicadores alcanzaron cifras récord en el año que acaba de terminar: la producción total de automóviles creció en 23% con respecto a 2005, las unidades exportadas crecieron en 30% y las ventas de automóviles en México (de unidades producidas interna o externamente) crecieron en 0.7%.

Además, el Presidente de la AMIA, el Lic. Cesár Flores, en forma por demás optimista, pronosticó incrementos "en los renglones de producción y exportación ... del 30 y 35%, respectivamente, para 2007". Al leer lo anterior, uno se pregunta de donde proviene tal optimismo. Y solo una respuesta es segura: su optimismo no se basa en la informaciòn que proporciona la propia AMIA.

Veamos los datos duros: Si graficamos la tasa de crecimiento de la producción de vehiculos en los últimos 12 meses con respecto a la producción del mismo mes del año anterior, obtenemos el siguiente gráfico (noten que he agrupado la producción de los meses de marzo y abril para eliminar los efectos estacionales debidos al cambio en la Semana Santa):


Lo que este gráfico muestra es que en los últimos 7 meses ya se ha empezado a observar una notable desaceleración de la producción total que, en buena medida, se explica por lo que ocurre en el mercado externo (nótese que el mercado interno lleva al menos 10 meses estancado).

Así, ya para Diciembre del año pasado, la producción nacional para ambos mercados, doméstico y externo, y, por lo tanto, la producción total (línea azul), han empezado a mostrar cifras de cecimiento negativas. Esto quiere decir que la industria automotriz mexicana parece haber entrado, desde el mes pasado, en una recesión económica. Además, es muy poco probable que la industria se recupere en los próximos meses como resultado de los siguientes factores:

1) La baja demanda externa motivada por la ya anticipada desaceleración de la economía norteamericana, que no excluye la probabilidad de una recesión.

2) La baja demanda doméstuca debida a la previsible desaceleración de la economía mexicana

3) La caída en la demanda interna que seguirá a algunos de los cambios fiscales que desincentivarán la adquisición de algunos automóviles nuevos.

4) La reducción en la demanda doméstica debida a un posible aumento de las tasas de interés en México en la primera parte del año.

Por lo tanto, el optimismo del Presidente de la AMIA está, lamentablemente, completamente injustificado. Creo que la industria automotriz mexicana dificilmente logrará crecer en 2007 y, por el contrario, creo que hay fuertes indicios que sugieren una contracción de la producción y exportación de vehículos nuevos. La pregunta clave es que efecto tendrá está contracción en la economía en su conjunto y cuanto tardará en extenderse al resto de la industria. Ya veremos. Seguiremos observando con atención a este importante sector de la economía.

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